Las estufas de leña tienen una larga y rica historia que se remonta al descubrimiento del fuego, un hito clave atribuido al Homo Erectus, que habitó la Tierra entre 1.000.000 y 300.000 a.C., en plena época glacial. Se estima que fue alrededor de 500.000 a.C. cuando los humanos lograron domesticar el fuego, aprovechando ramas candentes tras un incendio para mantenerlo. Esta innovación no solo brindó calor, sino que revolucionó la forma en que se cocinaban los alimentos.

Cocción con leña
El uso del fuego permitió a los humanos mejorar la textura, el sabor y el aspecto de sus comidas. Cocinar no solo hacía la carne más tierna y sabrosa, sino que también convertía en comestibles muchos vegetales que, sin él, no lo serían. Además, el fuego eliminaba parásitos y bacterias, reduciendo el riesgo de enfermedades.
Con el tiempo, en el año 7.000 a.C., la cocina primitiva experimentó una modernización significativa gracias al invento de las vasijas de barro en el Próximo Oriente. Estas vasijas permitían no solo asar los alimentos, sino también cocerlos, calentar agua y preparar sopas, un avance que facilitó el aprovechamiento de los vegetales.

A medida que avanzaba la civilización, las estufas de leña comenzaron a tomar forma. En Europa, durante la Edad Media, se diseñaron estufas más elaboradas, como las de azulejos, que ofrecían calor y también eran decorativas. Estas estufas eran más eficientes, ya que retenían el calor por más tiempo.
La Revolución Industrial en los siglos XVIII y XIX trajo consigo un cambio radical en la producción de estufas. Las estufas de hierro fundido se volvieron comunes, facilitando la fabricación en masa y haciéndolas accesibles a una mayor cantidad de hogares. Sin embargo, muchas de estas estufas tradicionales producían humo y emisiones nocivas.
A finales del siglo XX, la creciente conciencia sobre la contaminación del aire y su impacto en la salud pública llevó al desarrollo de tecnologías más limpias y eficientes para las estufas de leña. Se introdujeron diseños que mejoraban la combustión y reducían las emisiones, marcando el inicio de una nueva era en la calefacción a leña.
Hoy, las estufas de leña han avanzado hacia modelos ecoeficientes que utilizan tecnologías modernas para minimizar el humo y maximizar la eficiencia del combustible. Estufas de combustión secundaria permiten que el aire caliente se mezcle con los gases de combustión, reduciendo el humo y generando más calor.

Las estufas libres de humo son la última innovación en este campo, empleando sistemas de filtración avanzados para prácticamente eliminar las emisiones de partículas. Estas estufas son populares entre quienes buscan alternativas sostenibles, reflejando un cambio hacia un enfoque más responsable y consciente del medio ambiente.
En Innsolutions nos dedicamos a la fabricación de estufas y fogones de leña libres de humo, diseñados a medida según tus gustos, necesidades y espacios. Nuestro compromiso es ofrecer soluciones de calefacción que no solo sean eficientes, sino que también se integren perfectamente en tu hogar.